Víctima de un ritual de magia negra
Hace unos meses su caso conmocionó a todo el mundo. Ocurrió en la localidad de Ibotirama, Brasil. Un niño de apenas dos años se empezó a quejar de fuertes dolores de estómago, así que su madre decidió llevarlo al hospital. Cuál sería la sorpresa de todos los presentes -madre, hijo y médicos- cuando la radiografía demostró la verdadera causa del dolor de tripa: el niño tenía en su interior 17 agujas.
Qué hacían allí 17 agujas? ¿Cómo habían llegado? Una incógnita. Siguieron haciéndole pruebas al pequeño, pero el resultado no era nada positivo, porque la cifra de 17 agujas se incrementó a más de 50. Los objetos estaban desperdigados por el estómago, el cuello, las piernas, el abdomen e incluso una le había perforado un pulmón.
Descartada la posibilidad de que fuera el niño quién se tragase las agujas, las sospechas se centraron en su madre, quién aseguró que no tenía nada que ver y que amaba a sus hijos más que a nada. Pero poco después se descubrió quién era el verdadero culpable: el padrastro.
Según confesó a la policía, fue él quien le clavó al niño las 50 agujas dentro de un ritual de magia negra alentado por su amante para vengarse de su esposa.