En Papúa Nueva Guinea cientos de personas mueren cada año, torturadas ó quemadas, tras ser acusadas de brujería por cualquier persona.
Un par de ancianas murieron decapitadas
acusadas de brujería en Nueva Guinea.
Dos ancianas murieron en Papúa Nueva Guinea al ser decapitadas tras sufrir 3 días de torturas por sus vecinos, quienes las acusaron de practicar actos de brujería.
El
suceso ocurrió la semana pasada en Lopele, en la región autónoma de
Bougainville, a pesar de la presencia de la policía que no pudo disuadir a la
muchedumbre que tenía en su poder armas de fuego, cuchillos y hachas, según el
periódico local 'Courier Post'.
"Estábamos
desamparados. No pudimos hacer nada", dijo el jefe de la policía de
Bougainville, el inspector Herman Birengka que calificó las muertes como un
acto "bárbaro y absurdo".
Según Birengka, la policía intentó negociar la
liberación de las 2 ancianas, secuestradas el pasado martes por familiares de
un profesor que murió unas semanas antes.
Los
agentes tuvieron que desistir ante las amenazas de la muchedumbre que culparon
de la muerte del profesor a actos de brujería de las 2 mujeres, que fueron
torturadas con cuchillos y hachas durante 3 días antes de ser decapitadas
delante de los agentes.
En febrero pasado, una joven fue quemada
viva acusada de la práctica.
En febrero pasado, una joven de 20 años fue quemada viva por una muchedumbre también en Papúa Nueva Guinea, donde se le acusó de brujería.
Medios
locales identificaron a la joven como Kepari Leniata, quien fue torturada,
desnudada y quemada viva, sin que las autoridades pudieran interceder por
impedimento del gran número de personas que la acusaban de practicar magia
negra.
El
camión de bomberos enviado para auxiliarla fue expulsado, por lo que el rescate
de la mujer, acusada de matar con 'brujería' al hijo de una vecina, no se pudo
llevar a cabo.
Estas
muertes se añaden a las de otras 6 mujeres acusadas de brujería que durante la Semana Santa fueron
atadas de manos, desnudadas ante la muchedumbre y torturadas con hierros
calientes colocados en sus genitales, antes de ser quemadas vivas.